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Naturaleza accesible: inclusión en cada paso

Un proyecto de inclusión conjunto entre el Hogar de Cristo, la Municipalidad de La Granja y la Fundación Eres está transformando el acceso a la naturaleza para personas con discapacidad. A través de actividades como el senderismo asistido en el Parque Mahuida, los participantes derriban barreras físicas y sociales mientras fortalecen vínculos comunitarios y mejoran su bienestar integral.
Por María Teresa Villafrade
Junio 11, 2025

La mañana del 17 de mayo, un grupo de 23 personas, entre voluntarios, terapeutas ocupacionales y participantes del centro diurno de La Granja y la residencia San Luis Gonzaga para personas con discapacidad mental, emprendió una jornada especial de inclusión.

El destino: el Parque Mahuida. El objetivo: vivir la experiencia del “senderismo sin límites”, un recorrido inclusivo que permite a personas con movilidad reducida acceder a la naturaleza, asistidas por monociclos adaptados y el acompañamiento de voluntarios previamente capacitados.

Este innovador proyecto es impulsado por la Fundación Eres, una organización con más de una década de experiencia promoviendo la inclusión social de personas en situación de discapacidad. Su programa Senderismo sin Límites ha ganado fuerza gracias a fondos del Gobierno Regional y alianzas con instituciones como Hogar de Cristo y la Municipalidad de La Granja.

Los voluntarios fueron capacitados in situ en el uso del monociclo, mediante el cual pueden acceder a la montaña personas con movilidad reducida. Una real inclusión.

Gonzalo Miranda, gestor comunitario del programa de discapacidad del municipio, destaca la trayectoria de colaboración con Hogar de Cristo:

“Llevamos más de cinco años trabajando activamente con Hogar de Cristo en actividades sociales, culturales, recreativas y deportivas. Es una de las instituciones más comprometidas con el desarrollo comunitario, por eso estamos constantemente generando nuevos espacios de encuentro, como el uso del nuevo centro polideportivo de la comuna, donde los martes y jueves los participantes de la fundación se ejercitan con entusiasmo”, explica.

CONTACTO SANADOR CON LA NATURALEZA

La actividad de senderismo fue una de las más significativas de los últimos meses, no solo por lo desafiante del recorrido, sino por lo que representó en términos de integración. Participaron personas del centro diurno y también del centro de larga estadía San Luis Gonzaga de Hogar de Cristo, varios de ellos en sillas de ruedas. Para muchos, era la primera vez en años que podían estar en contacto directo con la naturaleza, escuchar el canto de los pájaros y respirar aire puro lejos del entorno urbano.

Carlos Calderón, terapeuta ocupacional del centro diurno de Hogar de Cristo en La Granja, lo resume así:

“Fue una jornada inolvidable. Desde las 8:30 hasta las 13 horas estuvimos caminando, compartiendo huevo duro, sándwiches, anécdotas… y mucho aprendizaje. Nuestros participantes apoyaron a los residentes de la casa de acogida y viceversa. Todos ganamos. Es puro bienestar. Muchas veces las personas con discapacidad se ven limitadas por estereotipos sociales que los excluyen. Este tipo de actividades cambia esa percepción”.

Está demostrado que el contacto con la naturaleza es una terapia sanadora para toda persona con discapacidad, sea física o mental. No solo es inclusión.

Desde la Fundación Eres, la terapeuta ocupacional Kieren Rojas profundiza en el impacto transformador del senderismo:

“Más que una caminata, es un medio para lograr inclusión real. El uso de monociclos adaptados no solo permite el acceso físico a los senderos, sino que también entrega herramientas a las comunidades. Capacitamos a monitores, algunos con discapacidad, para que sean replicadores de esta experiencia. Eso es clave: no queremos ser los únicos que lo hagan, queremos que cada organización se apropie del proyecto”.

INCLUSIÓN BAJO LAS ESTRELLAS

La jornada del Parque Mahuida no será la última. Ya se proyectan nuevas salidas, incluso una versión nocturna del recorrido, que incluirá la participación de astrónomos con telescopios e instrumentos de observación. Será una experiencia sensorial única, pensada para ampliar horizontes y romper aún más barreras.

Además de su componente inclusivo, el proyecto también incorpora un enfoque terapéutico. “En Japón, las terapias de salud mental incluyen contacto directo con la naturaleza, al menos 35 minutos diarios para reducir la ansiedad y el estrés. Nosotros deberíamos avanzar hacia allá”, comenta Carlos Calderón. “Las personas más vulnerables, con o sin discapacidad, deberían tener acceso a espacios verdes, al arte, a la música. Ahí está el verdadero desarrollo”.

Los voluntarios en jornadas de inclusión como ésta, también se enriquecen con esta experiencia.

El modelo de colaboración entre fundaciones, municipios y organizaciones comunitarias se presenta como un ejemplo replicable. La clave ha sido el trabajo coordinado, la capacitación, la voluntad de escuchar a los participantes y adaptar las actividades a sus intereses y capacidades. Desde talleres deportivos como atletismo, zumba o natación, hasta caminatas en la montaña, la apuesta ha sido poner en el centro a las personas.

Lo que empezó como una simple excursión al cerro terminó siendo una lección de inclusión, empatía y respeto. Un recordatorio de que la discapacidad no está en las personas, sino en las barreras que como sociedad decidimos derribar… o mantener.

APOYA A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD MENTAL A TRAVÉS DE HOGAR DE CRISTO

La fotografía de todo el grupo al final de la jornada de senderismo inclusivo. ¡Pura felicidad!