La tendencia mundial es que −en la medida de lo posible− los adultos mayores envejezcan en sus hogares en vez de ir a una residencia, por ser una opción más efectiva, económica y que les entrega mayores beneficios desde el punto de vista físico y emocional. Esto porque permite que se mantengan en un ambiente conocido, donde están su historia, sus vecinos, sus recuerdos, además de seguir incorporados en sus comunidades.
Un pilar relevante para poder envejecer en el lugar es la atención domiciliaria que entrega apoyo y cuidado a los mayores, con la intensidad requerida de acuerdo al nivel de dependencia de cada persona. Sin embargo, en Chile los servicios de atención domiciliaria tienen bajísima cobertura en número de beneficiarios, frecuencia y financiamiento.
El programa Cuidados Domiciliarios de Senama atendió en 2022 a 1.515 personas. Esto es apenas el 2,9% de la población que lo requiere; es decir 52.125 personas. Además, la frecuencia e intensidad de la atención son absolutamente insuficientes: 2 visitas semanales de 3 horas cada una, sin hacer distinción por nivel de dependencia del adulto mayor.
Esas 6 horas contrastan fuertemente con las 41 que la OCDE estima necesarias para atender a un adulto mayor con dependencia severa. Finalmente, hay que considerar que el costo promedio mensual por cada participante en el caso de los programas ejecutados por Hogar de Cristo es de casi 320 mil pesos y Senama financia solamente 130 mil en promedio.
Estas cifras revelan la urgencia de adoptar medidas que disminuyan la carga de los cuidados informales no remunerados y aumentar la oferta de servicios públicos de atención domiciliaria. En definitiva, contar con una política social que permita dar una respuesta digna al creciente número de mayores que necesitarán cuidados en sus últimos años de vida.
Hogar de Cristo, a través de su Dirección Social Nacional, realizó una investigación sobre cuidados domiciliarios. Es la sexta entrega de la serie Del Dicho al Derecho, titulada “¿Dónde envejecer? Estándares de calidad en la atención domiciliaria para personas mayores en Chile”. En ella se destaca la necesidad de contar con un sistema nacional de apoyo y cuidado de larga duración, universal, integral y continuo, priorizando la formalización del cuidado a través de trabajadores remunerados con formación y certificación.
El modelo se desarrolló considerando los estándares en otros países, pero ajustados a la realidad chilena. Además, tiene una mirada preventiva hacia las personas de menor dependencia.
Los servicios que incluye esta propuesta son:
El modelo considera los requerimientos para personas con dependencia leve, moderada y severa en tres escenarios: el estándar recomendado por OCDE, 30% del estándar OCDE y 60% del estándar OCDE, además de sus costos asociados. Un ejercicio que ojalá sea considerado e incluido en el proyecto de ley que crea el Sistema Nacional de Cuidados, iniciativa conocida también como “Chile Cuida” y que está en tramitación legislativa en el Congreso.
Nivel de dependencia | Línea Base: Cuidados Domiciliarios Senama | Escenario 1:
Base de 6 horas más 30% del estándar OCDE |
Escenario 2:
Base de 6 horas más 60% del estándar OCDE |
Estándar OCDE |
Leve | No lo cubre | 6 horas | 6 horas | 6 horas |
Moderado | 6 horas | 12 horas | 19 horas | 22 horas |
Severo | 6 horas | 18 horas | 30 horas | 41 horas |
Personas atendidas | 26,5 mayores | 90 mayores y su cuidador | 90 mayores y su cuidador | 90 mayores y su cuidador |
Cantidad asistentes de apoyo y cuidado | 5 | 25 | 36 | 44 |
Costo promedio participante/mes | $318.424 | $394.044 | $504.868 | $586.475 |
Financiamiento de Senama | $130.000 (monto promedio aproximado) |