

En el caso de personas con demencia, la preparación para ingresarlo a una residencia debe ser diferente a cuando se trata de una persona sana, para no generarle ansiedad y resistencia al cambio.
Algunas medidas que recomienda Isidora Almarza, trabajadora social de la Unidad de Memoria del Hospital Salvador:
- Es importante no comentarlo con anticipación porque eso le generará mucha ansiedad. Es mejor contarle el mismo día del cambio y hacer el traslado durante la mañana, de manera que a la hora de almuerzo ya esté en la residencia.
- Informarle con frases cortas y precisas: “Queremos que estés en un lugar seguro y por eso te vamos a cambiar de casa”.
- Si es necesario, se le puede decir alguna mentira blanca: “Tenemos que hacer un arreglo grande en la casa y por eso te vamos a trasladar por un tiempo a otro lugar”. La persona con demencia olvida pronto.
- Se debe preparar la habitación antes de que la persona llegue. Idealmente usar sus muebles, dejarlos en la misma orientación que tenían antes, decorar con sus fotos, cuadros. En definitiva, que no note demasiado el cambio.