Recién comenzando el siglo 21, en 2007, la Organización de Naciones Unidas, le dio un día en el calendario a la “Justicia Social”, concepto que algunos vinculan con el de “justicia distributiva” de Aristóteles, tan antiguo como eso, pero que empieza a aparecer y repetirse en escritos en el siglo 18.
Sin embargo, fue el jesuita Luigi Taparelli, a quien se considera uno de los fundadores de la doctrina social de la Iglesia, el que en 1843, en su “Ensayo teórico del derecho natural apoyado en los hechos”, dice directamente que “la justicia social debe igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de humanidad”.
Ya en el siglo 20, en 1931, la noción de justicia social se incorpora plenamente a la Doctrina social de la Iglesia Católica, al utilizarla el papa Pío XI en la “Encíclica Quadragesimo Anno”. ¿Qué quiso decir con ella el pontífice? Que la justicia social es un límite al que debe sujetarse la distribución de la riqueza en una sociedad, de modo tal que se reduzca la diferencia entre los ricos y los necesitados. Moderna y muy actual, su visión.
Hoy es el famoso índice o coeficiente de Gini el que mete el dedo en la llaga de la inequidad mundial y de la necesidad de justicia social, ya que aplica a todo orden de distribuciones desiguales y sirve para señalar como andan las naciones en cuanto a distribución de la riqueza.
En su apasionante ensayo “Ñamérica”, el escritor argentino Martín Caparrós hace notar que el estadístico, demógrafo y sociólogo italiano Corrado Gini, inventor del índice que lleva su apellido, fue todo menos un hombre preocupado de la igualdad y de la justicia. Partidario de la eugenasia, fascista, asesor de Mussolini, juzgado post Segunda Guerra, al final, conservó su cátedra en la Universidad de Roma. “Para limpiar su nombre se unió al Partido Unionista, que proponía anexar Italia a Estados Unidos. Y, ahora, por esas raras vueltas de la historia, su nombre y su concepto denuncian las injusticias más tajantes”, escribió Caparrós en 2015.
Antes, un poco antes, cuando Europa era cruzada por aires de guerra (como ahora), en Chile, un jesuita nacido en una familia de clase alta empobrecida por la muerte del padre, escribía y le ponía contenido concreto al concepto “justicia social”. Seleccionamos aquí las frases más significativas del activista social chileno Alberto Hurtado Cruchaga en torno al mismo:
¿Entiendes mejor ahora lo que es justicia social? Comprométete con ella.