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Estudiantes Ignacianos viven semana de servicio en Hogar de Cristo

Ya son tres los grupos de alumnos de cuarto medio del colegio San Ignacio que han vivido la “Experiencia de Hospedería” en la Casa de Acogida Josse Van Der Rest de Estación Central. Se trata de una vivencia de escucha, encuentro y servicio con personas mayores que han estado gran parte de su vida en situación de calle y hoy no tienen redes familiares. Todo ello transforma su mirada sobre la dignidad humana y el rol social de su futura vocación.
Por María Teresa Villafrade
Mayo 22, 2025

Desde el lunes 21 de abril, varios grupos de seis estudiantes del Colegio San Ignacio combinaron sus clases regulares con una inmersión profunda en la realidad de personas mayores que han vivido en situación de calle. Durante seis días, participaron de la “Experiencia de Hospedería” en el Hogar de Cristo, en Estación Central. La iniciativa, voluntaria, invita a los jóvenes a convivir, compartir y escuchar activamente a los residentes de la casa de acogida.

La Experiencia de Hospedería existe hace años en el colegio y regresó este 2025 con su formato original tras la pandemia.

Allí, lejos de realizar tareas físicas o levantar construcciones, los estudiantes se centraron en algo más esencial: la escucha y el encuentro. Conversaron con los “patroncitos”, que era el nombre que el fundador de Hogar de Cristo, San Alberto Hurtado, les daba a los más excluidos de la sociedad; les acompañaron en sus rutinas diarias y fueron testigos de historias de vida marcadas por la pobreza, la exclusión y la resiliencia.

UNA EXPERIENCIA QUE MARCA

Tomás Chandía es cientista político y encargado de Pastoral y Formación del cuarto ciclo en el colegio San Ignacio.

Tomás Alberto Chandía Chiappe (26), exalumno del San Ignacio, cientista político y actual encargado de Pastoral y Formación del cuarto ciclo, acompaña a los jóvenes en esta experiencia que, según afirma, deja una huella profunda.

“La idea no es darles una pala ni construir un muro, sino abrir el corazón y escuchar. Que comprendan que el servicio no siempre se traduce en acciones visibles, sino en pequeños gestos como romper prejuicios o acompañar desde el silencio”, explica.

 

Como ex alumno, recuerda haber vivido esta misma experiencia en su época escolar. “Antes era más cruda, con olores fuertes, realidades muy duras. Pero siempre con un objetivo claro: ver a Cristo en el otro”, comenta. Hoy, el modelo se mantiene, con grupos de seis alumnos que se inscriben voluntariamente, ajustando su semana académica para ser parte de esta vivencia transformadora.

DE LA FRUSTRACIÓN A LA ENTREGA

En cuarto medio, los alumnos se preparan para la PAES y deben tomar decisiones clave sobre su futuro. La experiencia de hospedería busca integrar este proceso de discernimiento con la espiritualidad ignaciana: formar profesionales conscientes, que tomen decisiones pensando en los más pobres y marginados de la sociedad.

Después de su jornada escolar, los alumnos llegan a la residencia a cenar y compartir en actividades con las personas mayores.

“La espiritualidad ignaciana no es un movimiento, es un modo de proceder”, señala Chandía. Las reflexiones al final de cada jornada permiten evaluar cómo los estudiantes interiorizan lo vivido. Algunos se frustran al principio por la distancia de los residentes, pero con el paso de los días se abren espacios de conversación que los marcan profundamente.

TESTIMONIO: “ACOGIMOS A CRISTO EN EL PRÓJIMO”

Martín Norambuena Garcés, alumno de cuarto medio A, compartió su experiencia con profunda gratitud. “Conocimos nuevas personas, distintas realidades… no solo conversamos, sino que acogimos a Cristo en el prójimo. Fuimos luz y dignificamos a uno de los sectores más invisibilizados de nuestra sociedad”, afirmó en la red social del colegio.

Martín destaca que esa semana no solo fue un cierre significativo de su etapa escolar, sino también un impulso para definir su vocación desde el servicio: “Sin dudas esta experiencia me marcó. Ojalá todos mis compañeros puedan vivirla, porque te cambia”.

Imágenes como ésta reflejan la rutina diaria y de servicio que tienen los alumnos del San Ignacio en la residencia.

La Experiencia de Hospedería existe hace años en el colegio y regresó este 2025 con su formato original tras la pandemia. Ya se han inscrito cinco grupos de seis alumnos cada uno, confirmando su impacto y valor en la formación ignaciana. Más que una actividad puntual, se trata de un camino de servicio, aprendizaje y transformación que conecta la fe con la justicia social.

“Una experiencia que no solo transforma realidades, sino que forma personas capaces de mirar al mundo con compasión, compromiso y sentido de propósito”, concluye.

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