La Casa de Acogida Residencial (CAR) San Luis Gonzaga es única en su género. Atiende 24/7 a 45 hombres y mujeres con discapacidad mental severa en la comuna de La Granja. Hasta allí llegaron hace un año como voluntarios el fotógrafo Mauricio Donoso y la psicóloga Daniela Correa, tras solicitar permiso a la jefa del programa, Ana Araya.
“Nosotros íbamos con un enfoque de trabajo muy preciso que era buscar la felicidad dentro de las discapacidades. Los primeros meses nos dedicamos a conocerlos y a que ellos nos conocieran y después empezamos a entrevistarlos y a fotografiarlos, mientras salíamos con ellos de paseo”, cuenta Daniela Correa.
También ellos quisieron tomar sus propias fotos en esta lúdica actividad en que Mauricio y Daniela les llevaron estas cámaras de juguete.
La idea era retratar los momentos positivos que viven en la residencia y fuera de ella, pero después se fueron ampliando hasta la realización de un documental. Ya tiene un tráiler –“Uno de nosotros” es el título y ya está disponible.
Ana Araya advierte que el nivel de dependencia que tienen los hombres y mujeres del CAR es total, por lo que el proyecto de Mauricio y Daniela imponía un desafío mayor.
“La forma en que nuestros participantes transmiten su alegría, sus emociones, puede ser solo a través de una mirada porque muchos de ellos no pueden hablar. Lo que Mauricio y Daniela han podido registrar en imágenes es justo lo que nosotros antes transmitíamos en palabras”.
El fotógrafo señala que desde hacía tiempo tenían con Daniela la inquietud de trabajar juntos en un proyecto, en buscar un punto de encuentro entre la salud mental y la fotografía.
“Gracias a la gran acogida que Ana nos dio de facilitarnos la entrada a la residencia, empezamos a conocerlos primero, saber el nombre de cada uno, porque esa es la manera de entrar a cualquier casa. Empezamos a visitarlos seguido y a poco andar ya nos esperaban y nos sentimos bienvenidos. Entonces recién, empecé a llevar la cámara”, relata Mauricio.
De izquierda a derecha revisan las fotografías: Ana Araya, Mauricio Donoso y Daniela Correa.
Se interiorizaron en sus historias de vida y, en especial, en qué les gustaba hacer.
“Yo conversé mucho con Ana para saber qué cosas les llamaban más la atención, y descubrí que muchas de las terapias que ellos recibían estaban basadas precisamente en sus gustos”, agrega Daniela.
Mauricio se confiesa impactado de la alegría de vivir que encontró en ese hogar.
“Es maravilloso que personas cuyas condiciones de vida no se consideran normales, nos enseñen a nosotros que la felicidad se puede encontrar en la misma adversidad.
“Esa era nuestra gran incógnita. Y por eso el proyecto se llama Uno de nosotros, porque partió como algo que era ajeno a nosotros y nos fuimos involucrando hasta hacernos parte de ellos y ellos de nosotros. Las imágenes que nos regalaron realmente no tienen precio”, señala Daniela.
Compartir con otros es lo que más felicidad brinda a los participantes del CAR San Luis Gonzaga.
El criterio de selección finalmente fue que cada fotografía mostrara esa felicidad que sienten ante cosas muy pequeñas. Mauricio dice: “Pensamos que iba a ser algo extremadamente complejo, porque no es fácil captar justo en el momento preciso esa emoción, pero se dio una dinámica tan increíble, en un ambiente muy tranquilo y amable. Hay algunas personas que no verbalizan pero demostraban su entusiasmo al participar”.
“La base de todo el trabajo: la felicidad, que es un término tan subjetivo, es posible de ver en estas personas que no son capaces de mentir ni de fingir una emoción, que por lo demás, se expresa en su forma más pura. El darle un sentido y un significado a la felicidad personal es muy terapéutico, es una herramienta fundamental para avanzar en los tratamientos terapéuticos. Dentro de un mundo de gente que tiene muchos problemas, cuando se logra cambiar el foco y empezar a ver las cosas que sí están resultando, el proceso terapéutico también tiene un cambio”, dice la psicóloga.
La felicidad es la principal herramienta terapéutica para quienes tienen discapacidad mental.
Le preguntamos a Ana Araya si notó algún cambio entre los participantes después de todo el proceso de fotografías que se vivió durante un año. Ella responde:
“Hay dos compañeras que lo mencionan en el tráiler del documental cuando se les pregunta cuáles son los momentos de mayor felicidad entre los participantes y no tiene que ver con objetos o elementos, sino con el compartir. El simple hecho de compartir con otros tiene que ver con una manera de recibirlos e igualarlos, de no rechazarlos. Es obviar la discapacidad, es decir comparto contigo como lo haría con cualquier otra persona”.
El solo hecho de que las personas vayan a conocerlos e interactuar con ellos, les hace sentir importantes y visibilizados.
Tras varios meses de visitas, se produjeron los momentos de fotografiar y prácticamente ninguno quedó sin ser retratado. “Minutos antes de que Mauricio y Daniela llegaran, ellos ya estaban listos para la foto”, cuenta riendo Ana Araya.
“Buscamos una forma de plasmar a diario esos momentos de felicidad que tienen, quizás más que nosotros. Después pasó a ser una actividad más en sus rutinas. Nos preguntaban insistentemente ¿cuándo van a venir?”.
“Trabajamos con mucho amor y respeto, y sin poner barreras. La gente tiene mucho prejuicio respecto a la discapacidad mental y levanta muchas barreras, pero una vez que éstas se bajan, todo fluye. El ambiente era de real alegría”, señala la psicóloga.
Luz Álvarez ama las flores y eso quedó reflejado en su fotografía.
En momentos en que iban a tomarse las fotos tipo estudio, los que no podían expresarse manifestaban su interés poniéndose inmediatamente en la fila. “Hicimos dos sesiones completas y nos pasaba que los primeros querían de nuevo estar en la sesión siguiente. La que mejor lo pasó fue la María Catalán, ella posaba como una modelo”.
También disfrutó mucho Luz Álvarez, una amante de las flores que tiene en su dormitorio una que es tejida pero que igual la mantiene en agua y la riega.
Los pasos que siguen son, en primer lugar, que ellos se vean retratados y aprecien el resultado del proyecto. Para ello, Ana quiere preparar un evento especial donde ellos puedan celebrar y contar con un espacio de exhibición de las fotografías impresas en un muro de recuerdos, por lo que aún queda gestionar las impresiones y los marcos.
El proyecto se llama Uno de nosotros y contiene fotografías de todos los residentes del CAR San Luis Gonzaga.
“Mostrar la realidad sin rudeza y sin esa imagen de personas sufrientes es lo que buscamos, porque de lo contrario no estamos ayudando a la inclusión. Son imágenes dignas y yo creo que la dignidad es un valor que tenemos que cuidar, reforzar y mantener porque también se pierde muchas veces con ellos”, cierra la jefa del CAR San Luis Gonzaga, Ana Araya.
APOYA A LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD MENTAL A TRAVÉS DE HOGAR DE CRISTO